“Aprender como un proceso de creatividad constante”
¿Para quién?
“No sólo hay que serlo sino parecerlo, ¿sabes quién y cómo eres?”
El cambio del rol de estudiante al inicio del rol profesional, en muchas ocasiones, genera incertidumbre y miedos en la persona. Conocer las propias habilidades y recursos personales, así como potenciarlos es el punto de partida para construir la futura identidad profesional.
En un entorno tan cambiante y rápido como el actual, el posicionarse desde un rol profesionalizado bien desarrollado posibilita bienestar personal y logros futuros. De otra forma, las situaciones laborales se vuelven amenazantes y conflictivas para la persona, saber cuidar el propio desarrollo personal significa darse espacio y tiempo para enfocar el camino.
Alrededor de la identidad personal, las habilidades de sociales y de comunicación y los procesos de creatividad surgen los temas de mayor necesidad de mejora detectada actualmente.
“Facilitar una experiencia de relación enriquecedora siempre parte del buen profesional”
Desde la óptica profesional, el conocimiento de la psicología evolutiva, técnicas sicodramáticas, herramientas de comunicación y creatividad en las etapas de lo infanto-juvenil supone asumir la capacidad real de intervenir con el bienestar que genera el manejarse en un contexto de trabajo. De otro modo se produce una desconexión y falta de entendimiento de lo que sucede, frustrante e incapacitante para el profesional como para el menor.
Los objetivos en estos talleres son:
- Atender las propias necesidades formativas del profesional en relación con grupos infanto-juveniles.
- Aportar riqueza en el desarrollo del rol profesional a través del aprendizaje de técnicas sicodramáticas.
- Desarrollar habilidades de comunicación, individual y/o grupal.
Todo ello, con el fin de ejercer la profesión de la forma más rica, libre y creativa posible.
“Ser madres y padres responsables, de la forma más sana y tranquila posible, posibilita un mayor disfrute de la crianza”
La vida en familia hoy día requiere más ajustes que nunca en cuanto a la conciliación de las necesidades individuales con las “exigencias” sociales de nuestro entorno. Lo profesional condiciona nuestras rutinas diarias, como los hitos evolutivos de nuestros/as hijos/as deben ir impulsando su desarrollo.
Encontrar el equilibrio para que toda la familia se encuentre en armonía, con el máximo bienestar posible, es el objetivo del acompañamiento sicológico en la etapa de crianza.
PERINATAL: acompañamiento sicológico en el embarazo, postparto, primeros años de vida del bebé (0-3 años) para conocer y detectar las necesidades que surgen en el vínculo, facilitando y asegurando una crianza disfrutada.
Siendo éste el periodo más sensible en la construcción de su futura personalidad, conviene disponer de buena formación para predisponer una óptima salud mental futura.
INFANTIL (4 -11años): apoyo a padres y madres para un enriquecimiento de conocimiento, sensibilización y buen desarrollo evolutivo de niños y niñas individual como socialmente (en la familia como en el colegio).
PREPUBERTAD- ADOLESCENCIA (11-17años): guiar el seguimiento como padres y madres del bienestar del hijo/a así como resolver las dificultades y dudas concretas que aparecen en el propio desarrollo del rol de madre o padre ante esta exigente etapa.